martes, 6 de enero de 2009

"Lucifer"


"Luciferum"

Lo que a continuación voy a contar, parece sacado de la mente más imaginativa o esquizofrenia del mundo, o tal vez quizás, solo fue una pesadilla.

Pero fue tan real para mi, que espero no estar enfermo, o algo así.

Fue hace algún tiempo ya, en la oscuridad mas profunda de una calle cerca del puente del río que cruza la ciudad…

“Recuerdo, era una helada noche de invierno en junio del 2006. Cuando los vientos mueven sombras, y todo se confunde en la gris cortina que cubre a todos y todas las cosas, vivos e inertes en un solo paisaje lúgubre.

Realmente no se si lo soñé, me pareció un extraño preludio o manifestación de poca cordura, tanto por la situación en sí, como por estar ahora contándolo...”

“…Ni siquiera se como empezar”.

“Una silueta a lo lejos, con algo en su espalda, que extrañamente semejaban un par de perfectas alas, caminaba hacia mí, con algo de dificultad, y un dejo de disminuida elegancia.

Y para la mayor de mis sorpresas, ninguna duda me quedo después de ese acercamiento, ya que si,… eran sin duda un perfecto par de alas.

“Estaba claro que no era para nada un ángel del cielo o algo así, sino que probablemente, pudo ser una extraña deformidad al nacer, no lo se, pensé muchas causas, y trate lo mejor que pude de darme una respuesta con racionalidad, y así no comenzar a darme de cabezazos en los postes de luz, o algo así. Simplemente por que mis ojos no daban crédito a lo que estaba viendo”.

“Ya convencido, bueno, solo un poco, de que tan real era lo que tenia frente a mis ojos, me resigne, y solo atine a observar con mucho detenimiento cada detalle. Si era verdaderamente un ángel, ya que no parecía como los demás Ángeles. Era muy diferente a lo que en referencia sabia yo, en mi ignorancia, lo que era un ángel, pues este, lo envolvía una sin igual belleza, muy atractiva, ambigua y bastante sugestiva.

“Su perfecto rostro, evidenciaba una llamativa inexpresividad, y aunque nada decía, me pude dar cuenta a través de sus ojos, que pasaba por algún desdichado infortunio, o quizás fue solo la impresión de ver a tan extraña criatura lo que despertó en mi, un sentimiento de compasión por el.

Luego lo que mas llamaría mi atención en si, fue el detalle de las alas, ya que si en realidad era un enviado del cielo, significaba que incluso allí, existía también una especie de prejuicio o derechamente, discriminación, por que la sorpresa fue enorme cuando note que sus alas eran de un profundo, brillante, y perfecto color negro. Cuando me di cuenta de aquello, observo mi cara de asombro, y muy asustado, solo se las cubrió con lo que parecía ser un púrpura y llamativo manto, que además era solo lo único que cubría su cuerpo.

Aunque jamás emitió ruido alguno ni mostró gesto alguno, pude darme cuenta de todo lo que le sucedía, tan solo con ver sus ojos, ojos también muy singulares y espeluznantes a la vez, ya que eran dos verdaderos ópalos, y de una mirada muy penetrante, muy avasalladora.

Aun así, vi la verdad, y el profundo dolor que le aquejaba. Un plantado suplicio le fue impuesto, uno que se podía entender a pesar de la hermosura que le otorgaba su sorprendente soberbia y elegante arrogancia.

Semejante desden solo podía significar una sola cosa, y me vino a la mente todo lo que antaño me fue contado, ese monumento a la inexpresión, definitivamente no había sido echado de un circo, indudablemente que no, sino que, era algo mas relevante que eso. Luego me puse a pensar de quien realmente se trataba. Ahí, quede en blanco por un momento”.

“Entonces ocurrió, que mientras ponía mis ideas en orden, y me convencía de la identidad de quien tenia en frente, un repentino, denso y fúnebre manto de niebla nos cubrió, y mientras le admiraba para convencerme de que estaba deschavetado completamente y pensando seriamente hacer las maletas para un retiro obligatorio, emergió desde el suelo, una dorada y brillante figura, algo como sacado de una película de ciencia ficción, muy bien lograda, que me pareció, sin miedo a equivocarme, era un místico e imponente tridente, esto solo confirmó las sospechas que tenia”.

“Y mientras el extraño, perdía la mirada en un punto del horizonte, le brotó en la frente una marca con lo que pareció ser un poco de sangre que semejaba la forma de una estrella volteada.

Mientras esto sucedía, por fin le oí emitir sonido. Su voz era melodiosa, e indescriptible, semejaba el susurrar del viento, pero su lengua era extraña, y aun así me di cuenta de que agradecido de acogerle, amablemente me invitaba, y su voz movía mis entrañas”.

“En mi interior tuve una extraña sensación de angustia, y un raro vacío sacudió mi alma.

Todo alrededor se torno gris, luego él, extendió sus hermosas alas negras y brillantes, dio un ensordecedor rugido, que movió todo el entorno, y se esfumo con la oscura niebla.

Fue todo tan singular, no atine a nada mas, solo me senté en el suelo, tratando de en parte asimilar y digerir lo que allí me había pasado.

Luego de ocurridos los sucesos, me volví a meditar y repasar en parte, lo patético de mi existencia, lo que en ella he hecho y lo que no.

Esto ha dejado una notable marca en mi vida, y una perspectiva mas amplia es la que hoy sostengo con autentica convicción.

Un recuerdo patente es que después quedo una imborrable marca en el suelo, una marca que solo podía ser nada más y nada menos, que de aquel que alguna vez fue considerado en el paraíso mismo, como “el brillo de la mañana”, “el príncipe de la luz y de esta tierra”, el mismo Lucifer, el ángel caído que aquella noche apareció y hoy me doy cuenta, que era a mi a quien buscaba…”

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